Más allá del límite donde esta vida acaba, todo cuelga de la fe, la incertidumbre o la esperanza, ya que nadie ha regresado a explicar lo que sucede después de que se nos apaga la luz biológica. El "más allá" solo tiene dos opciones: o se vuelve eterno y de alguna forma se reedita o, de plano no existe y todo termina de tajo, como cuando muere un árbol. En el "más acá", de este lado de nuestro último día, la ciencia y la lógica le buscan sentido a todo lo que se pueda ver, tocar o medir, aunque la impalpabilidad de lo espiritual escape de sus radares y maneras.