OPINIÓN

La guerra del tapabocas

Jorge Volpi EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Un trozo de tela de unos pocos centímetros cuadrados adherida a unas ligas o listones. Una prenda barata, sencilla de manufacturar, fácil de poner. Su origen se remonta a tiempos inmemoriales y, al menos desde el siglo XVII, forma parte de nuestra iconografía. Sabemos que en esa época los primitivos tapabocas se rociaban con yerbas, flores y emplastos para disimular el olor a podredumbre. Desde entonces se incorporó como parte del arsenal diario de médicos y cirujanos, los más expuestos -entonces como ahora- a los contagios.