La Güera Rodríguez
Guadalupe Loaeza EN MURAL
Nada me hubiera gustado más que haber conocido a la Güera Rodríguez, como llamaban a María Ignacia Rodríguez de Velasco, una mujer bellísima, de ojos azules, pelo color del trigo, pero sobre todo libre, y con un tremendo afán de libertad, no nada más para ella sino para la patria, de allí que luchara con absoluto fervor por la Independencia desde 1808 hasta su consumación en 1821. Humboldt la describe como la mujer más hermosa que había visto en sus viajes y la marquesa Calderón de la Barca cuenta en su libro La vida en México que casi se pasmó al verla pues no obstante tenía más de 50 años: "la Güera conserva una profusión de rizos rubios, sin una sola cana, preciosos dientes blancos, muy lindos ojos y gran vivacidad". A pesar de ser una güera súper "fifí", amiga íntima de virreyes, fue una mujer mexicana muy valiente. La Güera Rodríguez era tan ilustrada que se le comparaba a Madame de Staël, escritora, ensayista, actriz y filósofa de la política.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores