El uso político de las instituciones de justicia no es nuevo en nuestro país. Lo que debe sorprender es que, las antes llamadas procuradurías, ahora fiscalías, han mostrado ser impermeables al cambio político. Ante todo, mantienen su vocación original de servicio al poder. El empeño del fiscal general, Alejandro Gertz Manero, de encarcelar a 31 académicos, luego de que en dos ocasiones la justicia federal le ha negado las órdenes de aprehensión, deja claro que el talante autoritario prevalece sobre las reformas que en los últimos años han buscado una #FiscaliaQueSirva... a las personas.