En el Área Metropolitana de Guadalajara se reciclan más los discursos políticos que la basura. Mientras que los residuos sólidos se acumulan sin que sean reciclados adecuadamente, la retórica de las advertencias y los ultimátums de los alcaldes se reciclan sin desperdicio: cada cierto tiempo escuchamos las mismas quejas que se repiten, una y otra vez, sin que pase absolutamente nada.