Doscientas mil personas, más de CINCUENTA líderes de Estado entregando sus respetos, una DOCENA de monarcas en asistencia y una procesión funeraria nunca vista, pues ningún Papa había sido enterrado fuera del Vaticano desde 1903, y Francisco lo fue en Santa María La Maggiore, a unos 6 kilómetros: todo contribuyó a convertir el sepelio del Pontífice en un evento trascendente para el mundo católico.