OPINIÓN

It

Jorge Volpi EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Los clowns pueden ser, en efecto, peligrosos. O al menos eso es lo que han dejado ver aquellos políticos que, consciente y voluntariamente, han construido imágenes públicas de payasos: personajes imprevisibles y atrabiliarios, en teoría muy auténticos porque se oponen frontalmente al sistema, a la etiqueta y a los buenos modales, dados al chiste fácil, a la descalificación ligera, al insulto y a la sorna de sus adversarios, siempre dispuestos a vanagloriarse de su libertad de expresión y su desprecio de lo políticamente correcto, lo cual les permite mofarse por igual de los inmigrantes, las minorías o las mujeres, y que incluso en su apariencia o sus apariciones públicas -desvergonzados y orondos- buscan parecer tan estrafalarios como cercanos al ciudadano común.