OPINIÓN

Insaciables todos

Paloma Ramírez EN MURAL

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Antes, en toda casa respetable había un bodegón o naturaleza muerta que solía colgar de algún muro del comedor. Se trataba de un cuadro pintado al óleo donde se representaban flores, animales muertos o pedazos de queso sobre una mesa. Así, un pato desguanzado y de mirada extraviada con un par de cebollas y un trozo de hogaza al lado cumplía con los cánones de este tipo de obra.