OPINIÓN

Al andar por ahí, se experimenta una creciente sensación de amenaza, dando a la excursión un carácter temerario

Inmundicia

NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL

5 MIN 00 SEG

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Más de una vez he contado aquí que pasé en el centro de Guadalajara algo más de la primera mitad de lo que llevo de vida, y luego me mudé a otros rumbos, no demasiado lejanos, así que frecuentemente voy, paso por ahí, vuelvo; de hecho, por trabajo, regularmente tengo que ir a la zona del edificio de la UdeG, que, creo, entra en la idea general que tenemos los tapatíos al pensar en el centro. Sospecho que esta noción ha ido desplazándose -o, mejor, ampliándose- conforme han cambiado las formas de vivencia de la ciudad, y también según se van sucediendo las generaciones: la gente se va o se muere, y, por ejemplo, no queda casi ninguno de los vecinos de la casa de mi infancia, en el barrio de las Nueve Esquinas, salvo un colegio, una tienda de pósters y el consultorio dental de mi papá, que luego fue de mi hermano y hoy lo atienden los hijos de éste. Hasta donde me doy cuenta, para mucha gente actualmente el centro abarca incluso colonias como la Americana o la Lafayette, por supuesto la avenida Chapultepec, y hacia el oriente tal vez se extienda hasta la Plaza de la Bandera o las inmediaciones de la Penal de Oblatos.