Corre el minuto 74 con 55 segundos cuando el balón, como si tuviera deseos de echar danzón en plaza, caprichosamente baila y gira cual Planeta Tierra en su movimiento de rotación. El esférico rematado por Triverio coquetea sobre la línea sin la convicción absoluta de querer consumar su amorío con las redes.