Creo que bien podemos referirnos al Viernes de Dolores como inicio o pórtico de la Semana Santa; en rigor, el día no forma parte de los siete más solemnes para la cristiandad, pero abre las conmemoraciones para las que la feligresía ha venido preparándose durante la Cuaresma. Admito que hay distancia entre la cuaresma de tiempos pasados, a lo que hoy es la etapa de reflexión a que invita la Iglesia, máxime en estos dos años de pandemia cuando no se ha podido asistir con regularidad a las celebraciones religiosas.