Espíritu inquieto, en su prematura muerte dejó muchas huellas. Le heredó a su padre Leonel Sandoval su vocación por la política; acompañante frecuente como su único varón, seguramente conoció a personajes relevantes del mundo político de esa época. Como niño curioso y más tarde como adolescente y joven entusiasta, seguramente le impresionó la admiración que despertaban personajes como el profesor Juan Gil Preciado, Guillermo Cosío, Carlos Rivera, Arnulfo Villaseñor y líderes como Don Heliodoro Hernández, por mencionar solo algunos, y con más cercanía y frecuencia, Abel Salgado, Ricardo Chávez y Rafael González Pimienta, ya que su padre era miembro del comité de la Liga de Comunidades Agrarias.