OPINIÓN

Furia Roja

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN MURAL

3 MIN 30 SEG

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El primer ministro del reino llevaba en un cojín de terciopelo rojo un brassiére tamaño extra grande magna plus. Les explicó a sus desconcertados edecanes: "El príncipe me ordenó pedirles a todas las doncellas del reino que se prueben esta prenda. Dice que es una nueva versión de 'La Cenicienta'"... Ya conocemos a Afrodisio Pitongo. Es un hombre proclive a la concupiscencia de la carne. En el restaurante Mible vio a una linda chica. De inmediato fue a su mesa y sin más la invitó a salir con él aquella noche. La muchacha lo rechazó. Le dijo, terminante: "No puedo aceptar la invitación de un perfecto desconocido". "Despreocúpate, chula -replicó Afrodisio-. Estoy muy lejos de ser perfecto"... El sargento se dirigió a los soldados: "Los que sepan algo de música den un paso al frente". Dos lo dieron. Les ordenó el mílite: "Vayan ahora mismo a la casa del general. Su esposa quiere que le suban el piano al tercer piso"... Los recién casados iban a pasar la noche de bodas en un hotel de la ciudad, pues al día siguiente tomarían un vuelo para empezar su viaje de luna de miel. Llegaron a registrarse, pues, llevando aún sus atavíos nupciales; ella con su vestido de novia, él con su frac. Grande fue la sorpresa del galán cuando su flamante mujercita le enseñó al concierge su vestido de novia y le dijo, retadora: "A ver, córreme ahora del hotel"... Todo indica que Layda Sansores es el joder tras el trono. Las evidencias muestran, en efecto, que la Furia Roja es el instrumento del cual se vale López Obrador para atacar a quienes en cualquier forma se le oponen, y obligarlos a someterse a sus dictados. Eso sucedió con el tal Alito, quien cedió -se dio- a la voluntad del Caudillo después de que la gobernadora morenista de Campeche le sacó tantos trapitos al sol como para hacer con ellos una carpa de circo de tres pistas. Tan pronto el dirigente nacional del PRI se rindió ante AMLO cesaron como por encanto las embestidas contra él por parte de la no tan campechana campechana. Ahora la señora dirige sus arremetidas, seguramente por instrucciones "de arriba", contra Ricardo Monreal, quien ciertamente no goza de las simpatías del Caudillo, pues no ha aceptado el papel de vasallo, calidad que López Obrador impone a todos los que forman su corte. Monreal, lo digo sin tapujos, es el único morenista -así de plano: el único- a quien yo daría mi voto en una elección. Desgraciadamente sus oportunidades de figurar como candidato de Morena son escasas, pues no reúne el requisito que el Caudillo de la 4T exige de sus corcholatas: la sumisión completa; la absoluta incondicionalidad. Vamos camino de un maximato, que ni duda. Aunque salga del Palacio, el presidente López seguirá siendo el rey... Don Chinguetas y doña Macalota sostenían su enésima riña conyugal. Ella le gritó: "¡Estoy harta! ¡Me voy a la casa de mi madre!". Rebufó don Chinguetas: "¿Cómo que te vas a la casa de tu madre? ¡Hace cinco años que vive con nosotros!"... Kalentina acudió a la consulta de un terapeuta sexual y ante él se quejó de su marido. Era muy soso al hacer el amor, le dijo; lo hacía mecánicamente, como autómata, sin poner en el acto no ya fuego, sino ni siquiera un mínimo calor. ¿Qué podía hacer ella para excitarlo? El consejero le hizo una extraña sugerencia. Le dijo: "En el momento del amor arránquele usted un vellito. Eso lo acicateará y lo hará poner mayor empuje en la tarea". Pasó un tiempo, y Kalentina llamó por teléfono al terapeuta. Éste le preguntó si la recomendación que le hizo había funcionado con su esposo. "Sí funcionó, doctor -respondió ella-. Pero ya nomás le queda un vellito para hoy en la noche"... FIN.