"En 2010, me prestaron el nuevo Shelby GT500 y, para mí era algo muy especial, no bastaba con levantarse a las 4 de la mañana para recibir la mejor luz y hacer una portada bonita". Crédito: Cortesía.
"Se movió cielo mar y tierra, se cobraron favores, intentamos sobornar sin éxito y se prometieron mil cosas para que al final se consiguiera algo que parecería difícil en Estados Unidos e imposible en México: que un avión Mustang P-51 posara como edecán junto al Shelby". Crédito: Cortesía.
"Tras pocas horas y muchos tanques, llegué a un aeropuerto privado y ahí estaba frente a mí el mejor caza de hélice de la historia, uno de los pocos Mustang que puede ver con soberbia a un Shelby". Crédito: Cortesía.