El terrorismo de Estado en Jalisco se ejerce a través de la Fiscalía estatal y la policía. La tortura y asesinato de Giovanni López, la violencia represiva, las detenciones arbitrarias y las desapariciones forzadas de jóvenes que se manifestaban por parte de agentes ministeriales, dejan al descubierto la captura de la procuración de justicia y del aparato de seguridad. El problema sigue siendo el mismo: la Fiscalía y la policía sirven al poder -a los poderes- no a la ciudadanía.