A confesión de parte, relevo de pruebas. Fue el ahora ex fiscal quien aceptó que la corporación a su cargo había sido infiltrada por el crimen organizado. Una situación insostenible por bochornosa que obligaba a su renuncia inmediata. Pese a los graves sucesos de junio de 2020, cuando agentes ministeriales levantaron a jóvenes manifestantes, el gobernador sostuvo al fiscal en su encargo, más que en su cargo, hasta el día de ayer. Haya sido por órdenes del crimen organizado o por instrucciones internas, lo cierto es que su renuncia fue un reclamo ciudadano ignorado a pesar de que el ex fiscal había reconocido no tener el mando. El ex fiscal pidió su salida en varias ocasiones sin que se la concedieran, probablemente por la dificultad de encontrar a alguien que lo supliera.