Tal y como supone le presunta corrupción descubierta en la CRE, no debemos cantar victoria sobre su supuesta desaparición, ni tampoco preocuparnos porque puedan poner su nombre a calles o hacer estatuas, ya que, todo auditor sabe, los ilícitos cometidos no quedan expuestos en el momento de su ocurrencia, sino después, y, entre otros inconvenientes, con el actual sistema de compras sin licitar, quizá la corrupción que a su tiempo saldrá, pueda superar los parámetros anteriores.