Nació en
Suiza en 1906 cuando revolucionó la cultura de la escritura con plumas precisas, elegantes y glamorosas, y desde entonces
Montblanc es sinónimo de excelencia y manufactura en el diseño, no sólo en artículos para escribir, sino también en relojes, piezas de piel, accesorios y dispositivos con nuevas tecnologías.