OPINIÓN

LUX, de Mario Cuenca, se lee más como una brillante crónica realista que como una distopía

Fascismos

Jorge Volpi EN MURAL

3 MIN 30 SEG

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Marcelo Mosén -si este es su nombre- se definía como un hombre normal: abogado, de firmes ideas conservadoras, cuyo pequeño hijo muere en la pandemia. A partir de ese momento, sumido en un rencor hacia toda forma de progresismo, no tarda en convertirse en compañero de ruta, en coadyuvante y al fin en cómplice del régimen fascista implantado en España bajo las siglas de un nuevo partido, LUX, que, desprendido de la derecha tradicional donde siempre se había incubado, acaba de hacerse con el poder.