Al standupero Alex Marín le tocó bailar con la más fea, porque el público no estaba de humor o él no tuvo el suficiente carisma para hacerlo reír. Crédito: Daniel García
Al standupero Alex Marín le tocó bailar con la más fea, porque el público no estaba de humor o él no tuvo el suficiente carisma para hacerlo reír Crédito: Daniel García
A Rogelio Ramos le fue mejor, ya que se ganó al público con sus historias y tras pedir disculpas. Crédito: Daniel García
La falta de información y la incomodidad que les causó el cambio, molestó a algunos asistentes, que solicitaron su reembolso. Crédito: Daniel García
Aunque la producción le tomó a los organizadores tres meses, tuvieron que resolverla en 19 horas para instalar el escenario. Crédito: Daniel García