Tremenda dicotomía perceptiva la que surge al comparar una Institución Académica de corte conservador legionario como el Alpes San Javier y una institución un poco más liberal, al representativo estilo jesuita, el ITESO. Sentarse en el taburete de espectador dentro de las aulas de estas dos mencionadas es colosal experiencia. Aplaudo de pie la paciencia que me otorgó el Alpes; una tras otra vez me "perdonaron" mis faltas. No me quedé con las ganas de levantar la mano durante la clase de "Moral" y preguntar acerca de Marcial Maciel, no escatimé en el cuestionamiento y la crítica al tradicional sistema. Les hablé de aborto, homosexualidad, empoderamiento de la mujer. Cuestioné, entre risas, debo admitir, aquel video que sugería que Harry Potter era "del diablo". El peor promedio de mi generación tuve y, a su irrisoria vez, la mejor alumna de algunas materias fui.