La razón, la responsabilidad, la moral y el valor debieran ser las cualidades dominantes en la política. Quien así lo considera se plantea como prioridad prepararse, estudiar, investigar, dialogar con los ciudadanos para conocer sus necesidades, preocupaciones y anhelos; hacer acopio de todos los elementos para asumir la posición más razonable y justa, buscar coincidencias aun con sus adversarios; obrar con sentido moral, con altura de miras; valorar las consecuencias de sus actos y tener valor para defender las causas que motivan su vocación política.