OPINIÓN

Estado de chueco

Denise Dresser EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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Claudia Sheinbaum finalmente asumió la Presidencia y empezó a imponer su sello. Más atención a las mujeres, menos obsesión con las mañaneras. Más énfasis en las energías renovables, menos preocupación por el predominio de Pemex. Y se agradece que -por lo menos en los primeros días- haya dejado atrás el pugilismo de su predecesor. Pero también ha dejado en claro que no cederá ni un milímetro en la agenda que mayor perjuicio le producirá, en la cruzada que contradice sus credenciales democráticas. Al defender la reforma judicial como lo hace, Sheinbaum no quiere o no logra entender el daño reputacional que le acarreará en el mundo que la mira, entre los inversionistas cuyo dinero necesita, y en el ánimo de quienes aspiran a construir un Estado de Derecho. Al pedir el voto a mano alzada en sus mítines, Sheinbaum está erigiendo un nuevo "Estado de chueco".