La virtual Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, está en una encrucijada: ser fiel a su antecesor y a su partido apoyando las reformas al Poder Judicial, sin quitarles una coma, afectando los mercados financieros y la imagen de México en el exterior; o bien, apoyar la división de poderes y el respeto a la Constitución, promoviendo la estabilidad jurídica y el mantenimiento y crecimiento de las inversiones nacionales y extranjeras.