OPINIÓN

Espíritu del 68

Guadalupe Loaeza EN MURAL

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Desde que la ex Residencia Oficial de Los Pinos se convirtió en el Complejo Cultural Los Pinos, en sus 56,000 metros cuadrados, su espíritu ha cambiado por completo. Ahora se respira otra energía, otro ambiente y otros aires del tiempo; que ya no pertenecen al pasado, sino al presente. Actualmente, esas espléndidas residencias, jardines, fuentes y árboles viejísimos ya no son de las familias de los ex presidentes, sino de la Nación y de cada uno de los mexicanos. Eso fue exactamente lo que sentí ayer, mientras me encaminaba, en medio de un ámbito paradisiaco, hacia la Sala Miguel de la Madrid, donde se presenta la exhibición El espíritu del 68, del 2 de octubre que no se olvida, fecha que llevamos, todos los mexicanos, tatuada en nuestro corazón. Cuando observamos, detenidamente, las más de 400 piezas, entre fotografías, carteles, panfletos, material hemerográfico y caricaturas, tenemos la impresión, gracias a la maravillosa curaduría de Rafael Barajas (El Fisgón) de viajar en el tiempo y de escuchar de nuevo, con dolor de estómago, la voz del expresidente Díaz Ordaz, diciendo en su último Informe de Gobierno: "Estoy muy orgulloso de haber podido ser Presidente de la República y haber podido así servir a México. Pero de lo que estoy más orgulloso de esos seis años es de 1968, porque me permitió servir y salvar al país". Qué buena idea tuvieron El Fisgón y Homero Fernández, director administrativo del Complejo Cultural Los Pinos, como parte de la exhibición (es gratis) poner la imagen del ex Presidente, en la pantalla de un televisor, en la cual repite como loop: "Hemos sido tolerantes hasta extremos criticados, pero todo tiene un límite". Al escucharlo no sé qué sentía más si dolor o rabia. Qué bueno que el límite para los priistas, autoritarios y corruptos, por fin se acabó, por completo. Qué bueno que ahora se les exhiba en las mañaneras, con nombre y señas, como lo que fueron, robaron y abusaron. Y qué bueno que, hoy por hoy, los enormes salones de sus ex residencias de Los Pinos sirvan para difundir eventos que tienen que ver con la cultura y con la historia de México, incluyendo, porque de alguna manera pertenecen a la historia, aquellos episodios tan indignantes para nuestro país, como los ocurridos en la Matanza de Tlaltelolco.