La evolución de la especie ha desembocado en la reducción del mundo al aparato al que va atada la mirada
En las nubes
NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL
4 MIN 30 SEG
Dos días, en la semana, alcanzó algún revuelo mediático el asombro experimentado por mucha gente al ver las nubes sobre la Ciudad de México. Gracias a la omnipresencia de celulares con cámara, ese asombro se tradujo de inmediato en una oleada de videos que trasladaron el espectáculo desde el cielo hasta las pantallas de esos y otros miles de celulares. (No es nueva esta deprimente mediación de la tecnología en la ocurrencia de la contemplación, y más bien es ya siempre inevitable: los miles de pantallas que se alzan para capturar un concierto, unos fuegos artificiales, un gol en un estadio, un afamado cuadro en un museo o un paisaje obsequiado por la naturaleza, como si la maravilla no pudiera acontecer del todo sin ser grabada con apremio -y quizás enseguida olvidada-, como si nuestros humanos y cada vez más inservibles sentidos no bastaran. Y algo tiene de inhumano, por tanto, que las reproducciones de aquellas nubes pronto reemplazaran, en la atención de la gente, a las que aún estaban produciéndose en el cielo: en esto ha desembocado la evolución de la especie, en la reducción del mundo al aparato al que va atada nuestra mirada).