OPINIÓN

En el espejo de Petro

Jorge Volpi EN MURAL

3 MIN 30 SEG

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Voluntad de pacificar y reconciliar un país ferozmente dividido y todavía ensangrentado. Firmeza con los acuerdos de paz y decisión de transferir la seguridad pública del Ejército a los civiles. Defensa de los pueblos originarios y afrodescendientes y reconocimiento de la diversidad. Combate explícito contra la desigualdad y medidas puntuales para revertirla. Una reforma fiscal que afectará, por tanto, a los sectores -allá llamados estratos- más ricos, y otra de corte agrario. Voluntad de diálogo con todas las fuerzas políticas, incluso las que se empeñaron en frenar su candidatura. Una agenda ambiental sólida y una drástica apuesta por las energías renovables. Un discurso a la vez firme y conciliador, que en todos sus aspectos sigue puntualmente la agenda de la izquierda. Un inicio, pues, que no podría invitar más a la esperanza, tanto para Colombia como para el resto de América Latina, y que haría pensar en Mujica o en los primeros años de Lula.