Uno de los recuerdos de comida que tengo de cuando éramos pequeños -de esto "ya llovió"- es cuando se hacía yogur en casa. El ver cómo le ponían la leche a esas pequeñas pelotitas, al día siguiente las colaban y lo que salía era el yogur que bebíamos en el día a día; era maravilloso cómo se transformaba la leche en yogur, al que casi siempre le poníamos algo de mermelada o miel, pues era muy ácido.