Con el nombramiento de una comisionada presidenta a modo se podría consumar el último asalto al Itei. Con dos comisionados y la presidenta, la mayoría de los diputados le habrían terminado de arrebatar a la sociedad civil uno de sus bastiones más preciados: el órgano garante del derecho a la información. Porque hay que recordar que, en su momento, la ratificación de los dos comisionados en funciones también fue ilegal, pues no tenían derecho a ser ratificados (y que, por cierto, dejó pasar el anterior Consejo Consultivo). En aquel entonces, como ahora, con argucias legales los diputados pasaron por encima de la Constitución. Así, poco a poco, cargo por cargo, los diputados han ido haciéndose del botín político en que se han convertido los organismos constitucionales autónomos. O peor aún: en la moneda de cambio para aprobar leyes, deuda o cuanta ocurrencia se requiera pasar en el Congreso.