En todo proceso de renovación de dirigencias de los partidos políticos se producen divisiones y se dan confrontaciones las cuales se explican, pues es el paso previo para ejercer la prerrogativa de conducir el proceso de elección de candidatos a cargos de elección popular desde una posición de ventaja sobre las demás corrientes. El PRI elegirá una nueva dirigencia. Sin emitir una opinión sobre la idoneidad o la inconveniencia de los aspirantes y de la oportunidad o riesgo que pudieran significarle al futuro de su organización política, para mi gusto era más importante construir la oferta política para la sociedad y la propuesta de partido para complacer a una militancia inconforme con muchas decisiones que se han tomado reflejado en los desastrosos resultados electorales y en el éxodo de muchos militantes, que con razón o sin ella, renunciaron a su militancia.