La narrativa histórica del mercado de los narcóticos posicionaba a nuestro país como el carril obligado por donde las drogas requerían pasar. Ya sea como el canal de transporte o producción, pero todo encaminado hacia nuestros vecinos del norte, siendo la guerra contra las drogas una más de violencia, que de salud pública. Es decir, no somos un país de adictos, solo de traficantes.
Analista financiero, con un alto interés por el trasfondo de lo ordinario y cotidiano.