En la era del espectáculo, donde las noticias parecen competir, minuto a minuto, entre sí para asombrar o poner los pelos de punta del público, el último gran escándalo periodístico bien podría ser una producción de Netflix. Hasta hace unos meses, Claas Relotius era un auténtico rock star del periodismo. Bello, carismático, exitoso, pero sobre todo famoso. A sus 33 años había ganado, en Alemania y el resto de Europa, los mayores reconocimientos hechos a su profesión. Elegido periodista del año por la CNN, su nombre se incluyó en la lista "30 menores de 30" de la revista Forbes.