"Bocas abiertas al sol, ellos duermen. Niño y niña, frentes perladas con sudor, cachetes rojos y salpicados de blanco por la saliva seca. Ocupan todo el espacio de la parte trasera del coche, desparramados. Ofrenda de extremidades, pesada y plácida", así inicia la última novela de Valeria Luiselli, escrita en inglés y cuyo título se traduciría como "El archivo de los niños perdidos" (Lost Children Archive, Ed. Knopf, 2019). Un texto más bien largo en comparación con los que Luiselli nos tiene acostumbrados. Casi cuatrocientas páginas que no pensé terminar a tiempo para comentarlas en esta columna. Al final, el mérito no ha sido mío sino de la escritura ágil, inteligente, intimista, profunda (pero alejada de lo pretencioso) de la autora mexicana.