Efervescencia

Los partidos políticos han ido perdiendo terreno. La sociedad desilusionada de ellos por los múltiples escándalos no sólo de corrupción sino, incluso, por los grotescos espectáculos que con el afán de invalidarse unos a otros lo único que han logrado ha sido degradar la política y descalificarse todos por igual. Materia les ha sobrado: los múltiples escándalos de corrupción de los que han sido protagonistas prominentes miembros de todos los partidos y los señalamientos de incapacidad para gobernar que con ansias esperan que se presenten casos que lo evidencien para proseguir con ese afán reprobatorio que les favorezca sobre el adversario sin importar el perjuicio que sufre la sociedad. Lo que les importa es llegar o conservarse en el poder.