A finales del año 2011, mediante la aplicación de dos "encuestas", Andrés Manuel López Obrador se impuso a Marcelo Ebrard, quedándose con la candidatura presidencial del PRD para las elecciones de 2012. El hoy canciller mexicano aceptó públicamente su derrota sin mayor aspaviento, pero nunca dejó de ambicionar el convertirse algún día en presidente de México.