Hay ciertas memorias que son heredadas, transferidas, compartidas o adoptadas. Éstas que vívidamente recuerdas, pese a no ser tu vivencia, sino la de alguien más. Tales como la primera cita de tus papás, o algún icónico viaje de tus abuelos. Entre las muchas que tengo, está la de mi querida madre en la primaria. Ella era estudiante del Colegio Franco Mexicano de Guadalajara, y le encantaba. Éste, compartía mi madre, tenía novedosos métodos de enseñanza cargados en la lógica y en la lengua francesa. Pero el recuerdo heredado es el de una específica maestra que utilizaba un método de enseñanza aún más novedoso... el reglazo. Cada que cometías un error, ella te posicionaba en la esquina del salón y te daba un "simbólico" reglazo en el brazo o la cabeza. Obviamente todos le tenían miedo, pero para mi sorpresa no había reclamo de mis abuelos; "los franceses son enojones", decían.
Analista financiero, con un alto interés por el trasfondo de lo ordinario y cotidiano.