Me preguntaba un amigo que cómo veo la lucha política en el País. Mi respuesta fue que yo no veo, como lo hacen muchos, una lucha de ángeles contra demonios, que lamentablemente yo percibo una lucha entre demonios contra demonios y que ganarían, como va sucediendo, los diablos que se llevaron las mañas de todos los infiernos. No hay para dónde voltear, ninguna de las principales organizaciones políticas acredita un comportamiento democrático, armonía en su convivencia interna, dirigencias producto de decisiones de sus bases, identidad con un marco ideológico coherente con las nuevas circunstancias y congruencia desde el poder cuando lo tienen o cuando lo tuvieron.