La sucesión presidencial adelantada ha precipitado un sinnúmero de destapes a lo largo y ancho de la República. En muchos estados y municipios del país proliferan corcholatas como nunca antes. El presidente López Obrador detonó una dinámica política cuyos efectos electorales a mediano plazo son impredecibles, pero sus implicaciones gubernamentales a corto plazo son claramente nocivas. Muchos actores políticos con aspiraciones se han distraído de sus responsabilidades públicas para promocionarse políticamente. Nunca habíamos visto tanta publicidad política ni tantos actos anticipados de campaña como ahora.