OPINIÓN

Despotismo envenenado

Jesús Silva-Herzog Márquez EN MURAL

3 MIN 30 SEG

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Las piezas del despotismo están prácticamente atornilladas. Un poder presidencial sin estorbos, el Ejército como gran aliado del gobierno, organismos autónomos eliminados o inhabilitados, árbitros electorales inertes. Violaciones cotidianas y ostentosas a la ley electoral que quedan sin castigo. Si el oficialismo gana en junio, la muerte de la Suprema Corte como tribunal constitucional está cantada. No hablo de la aprobación de las reformas propuestas por el Presidente y respaldadas con entusiasmo por su candidata, hablo de lo que, sin necesidad de cambios ulteriores, constituye ya un cambio de régimen. De un sistema que, con todos sus defectos, era una democracia pluralista a una nueva hegemonía autoritaria.