El caso de la desaparición y asesinato de Debanhi Escobar vuelve a confirmar que la impunidad y la corrupción son los dos ingredientes que han transformado a este país en un Estado fallido. En México no es noticia la pérdida de control de territorio ni, tampoco, la pérdida del monopolio del uso legítimo de la fuerza, ambas características principales de los Estados fallidos. ¿Pero qué es lo que está fallando?