Es una verdad de Perogrullo el afirmar que la política y los políticos tienen una mala reputación. En el ámbito académico, a este fenómeno se le conoce como desafección política, lo que en estricto sentido significa no sentir afecto o estima por la política. Estudios de opinión a nivel global, entre ellos The World Values Survey, así lo confirman, tras analizar desde diversos ángulos la opinión de los ciudadanos de diferentes países respecto de la política.