El comunicado del gobernador dividió opiniones, dentro y fuera de la Universidad. Para algunos fue un gesto de distensión, mientras que para otros fue ofensivo. Referirse a la muerte de Raúl Padilla, "a propósito de los recientes acontecimientos", fue falto de tacto. Lo cortés no quita lo valiente. Más allá de las diferencias personales entre el gobernador y el ex rector, creo que ameritaba una mayor muestra de sensibilidad, como sí la tuvieron muchos otros actores quienes también tuvieron diferencias con Padilla. El gobernador dejó pasar una oportunidad de reconciliarse no sólo con una comunidad universitaria agraviada, sino consigo mismo.