EL TAMAÑO de la agresión lo definió el propio Enrique Alfaro: fue un brutal acto de terror. Uso de explosivos, seis personas muertas y una docena heridas, varias de ellas de gravedad; y un municipio, Tlajomulco, sumido nuevamente en el temor y la incertidumbre. Si el gobernador está prácticamente hablando de terrorismo, ¿cómo es que la respuesta institucional es la misma de siempre?