Hablar de Cuauhtémoc no es referirse únicamente al hijo del General. Nadie estará en desacuerdo en que se ha ganado, por méritos propios, un lugar relevante en la historia del País. Ha sido un hombre patriota, serio, prudente, decidido, así estemos o no de acuerdo con él, pero, sobre todo, debemos resaltar su gran autoridad moral e ideológica en el escenario de la lucha progresista, por lo que todo lo que diga o haga tiene una gran resonancia. Su inducción a las causas sociales está a cargo de su padre, el General Lázaro Cárdenas, y de sus afines con los que se frecuentaba y los movimientos sociales que apoyaba. Con tan singulares influencias no nos debe de extrañar su pasión política, su activismo valiente y su definición ideológica.