OPINIÓN

Cuando los cuates se van

Guadalupe Loaeza EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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No hay nada más triste que la partida final de un amigo o una amiga, sobre todo si se le conoció desde la juventud. En estas últimas semanas, en las que no he dejado de leer el obituario de nuestro periódico, se han ido tres amigos, dos de ellos eran mis cuates en diferentes épocas. Cuando leí el nombre de cada uno en su esquela, no pude evitar pensar en la muerte, en la mía. "Espero que la esquela que me pongan mis hijos por lo menos ocupe toda una plana", pensé con cierta filosofía.