Tres hechos delictivos ocurridos en días pasados muestran que la actual crisis de seguridad y violencia es reflejo de un problema más profundo, la captura de los aparatos de seguridad y justicia. Por ello, personas y grupos criminales logran cubrir sus acciones con el manto de la impunidad. La impunidad no sólo evita el castigo a los culpables y la reparación del daño a las víctimas, además, nos degrada como sociedad al temible "estado de naturaleza" en donde, de acuerdo con Thomas Hobbes, prevalece la ley del más fuerte.