OPINIÓN

Como dice el dicho: aquí no pasa nada, hasta que pasa. Ese es el problema: la realidad siempre exige rendición de cuentas

Credibilidad

Luis Rubio EN MURAL

4 MIN 30 SEG

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El presidente López Obrador nunca la iba a tener fácil. Su discurso, sus obsesiones y sus resentimientos entrañaban una fuente permanente de conflictividad y, por lo tanto, de polarización y trifulca. Ganar una elección en esos términos implicaba ir siempre a contracorriente. ¿Cómo, en esas circunstancias, emprender su añorada transformación?