Muchas veces me han preguntado si vale la pena pagar precios estratosféricos por un vino a cambio de lo que se recibe, la respuesta no es fácil, todo depende de la personalidad del consumidor, del momento, de la compañía, el motivo (aniversario, boda, cumpleaños y más), la vacación, o simplemente querer disfrutar el placer que provoca la bebida y el entorno.
Tiene 26 años de experiencia, es sommelier por escuelas de Italia, España y México, y participa cada año como juez de concursos nacionales de vino. La docencia forma parte de sus actividades y ha incursionado en la creación de etiquetas.