La corrupción no se puede erradicar con discursos o deseos, sino con un diagnóstico correcto que luego se traduzca en acciones consecuentes
Corrupción
Luis Rubio EN MURAL
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"Si no suena lógico, suena metálico", corre un popular refrán. En México cambian los gobiernos pero no las prácticas ni las costumbres. La corrupción podrá ser un mal, un factor cultural o una característica, pero nunca un delito. Muchos son acusados de corrupción, pero nunca por la corrupción, sino como excusa por alguna violación política de otro orden o porque es una forma eficaz para eliminar contendientes, enemigos o rivales. El presidente repetidamente afirmó que no sería "tapadera de nadie", pero eso dejó de ser válido cuando los presuntos involucrados comenzaron a ser cercanos. El punto de fondo es que la corrupción no se puede erradicar con discursos o deseos, sino con un diagnóstico correcto que luego se traduzca en acciones consecuentes.
Presidente de México Evalúa-CIDAC, institución independiente de investigación. Fue presidente de la asociación de estudiosos de riesgo político y miembro de la CDHDF. Recibió el Premio Dag Hammarksjold (93) y el Nacional de Periodismo (98). Entre sus libros están Un mundo de oportunidades y El Dilema de México: los orígenes políticos de la crisis económica. Es doctor en ciencia política y tiene especialización en administración financiera.