Tratando de llevar una vida conventual austera, diferente a la de lujos y comodidades de las "Gracias", siete monjas del propio convento de Santa María de Gracia fundaron en el año de 1722 el de Jesús María, ocupando un lote que alojaba un beaterio y una escuela de niñas, delimitado por las calles de Morelos al sur, Hidalgo al norte, Contreras Medellín al oriente y Mezquitán al poniente.